A cambio de que se casara con él, Perseus Kostopoulos estaba dispuesto a concederle a Samantha Telford tres deseos. Pero Perseus no era un genio, ni siquiera un atractivo príncipe azul… de hecho, tenía una terrible cicatriz en la cara.
Veinte años atrás, la mujer a la que amaba le había clavado un cuchillo en el rostro. Con el fin de dejar las cosas definitivamente con su antigua novia, Perseus había decidido regresar a casa con una esposa, Samantha. Un matrimonio práctico, en el que ella sólo sería su mujer durante el día. Sin embargo, el cumplimiento de sus tres deseos no era lo que había llevado a Samantha hasta allí, Perseus era el premio que ella estaba buscando…