Él no era ningún príncipe azul... y ella no era ningún patito feo
El matrimonio nunca había sido una prioridad para Trey Brannigan. Lo primero siempre había sido su rancho... hasta que aquella mujer lo distrajo. ¿Pero por qué una mujer tan bella como Meg se esforzaba en ocultarse bajo aquella ropa y aquellas gafas?
Meg Chastain sabía que aquel trabajo de incógnito era su última oportunidad para demostrar que era una buena periodista. Por eso tenía que resistirse a la tentadora mirada de Trey. Si le dejaba continuar con su plan de seducción, la única historia que podría escribir sería la del ranchero que conquistó el corazón de una joven...